Eso parece desmostrar el estudio realizado por cinco investigadores de la Universidad de Lincoln (Reino Unido). Este estudio indica que cuando los animales están tomando decisiones en su entorno es importante que recuerden no sólo los lugares donde están los alimentos, sino también dónde comieron más y mejor. Y después de varios meses, confirman que las tortugas terrestres de patas rojas tienen una memoria a largo plazo aún mayor de lo que se pensaba anteriormente, podrían recordar hasta dónde estuvieron y qué comieron 18 meses antes.
Como parte de la investigación, estos animales fueron entrenados para asociar señales visuales (hojas de colores) con cualidades específicas de alimento (una gelatina con sabor a mango preferida y una gelatina con sabor a manzana menos preferida) y cantidades diferentes. Los tortugas aprendieron qué colores estaban asociados con qué tipo y cantidad de alimento, y cuando se les mostró las mismas señales 18 meses después, se acordaron de sus preferencias.
No, si al final van a resultar que estas tortugas van a tener más memoria que nosotros. ¿O vosotros os acordáis de lo que comisteis hace 18 meses? Ja, ja, ja.
