El joven británico James Heptinstall se propuso un curioso reto. Quería demostrar que en Londres era posible correr a la velocidad del metro y que muchas veces el trasladarse de un lugar a otro es más fácil y rápido hacerlo a pie que en este medio de transporte. Para ello, se bajó en la parada Mansion House y fue corriendo para entrar victorioso en la siguiente parada, en Cannon Street. ¡Impresionante!