– ¡Qué va! ¡Yo no le tengo miedo ni al malamén!
– ¿Y ese quién es?
– No sé, pero siempre que rezan dicen “líbranos del mal amén”.
– ¡Qué va! ¡Yo no le tengo miedo ni al malamén!
– ¿Y ese quién es?
– No sé, pero siempre que rezan dicen “líbranos del mal amén”.