Viernes, 26 de abril de 2024
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…10, 11 y 12. ¡Feliz año!

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El 31 de diciembre nos preparamos para dar la bienvenida al nuevo año. Nunca faltan confetis, petardos, matasuegras, ni las verdaderas protagonistas de esa noche, las doce uvas. Pero, ¿quién no se ha atragantado con las uvas alguna vez? ¿Quién no se ha quedado sin uvas antes de que acaben las campanadas? Lee las anécdotas más divertidas que nos cuentan los niños y niñas del Colegio Divina Infantita de Granada.

Doce Lacasitos. Por Beatriz Quero Gómez, 4º de Primaria
Cuando estábamos comiendo las uvas, mi hermano, mis primos y yo estábamos comiendo doce lacasitos en vez de doce uvas. Después de comer las doce uvas, mis padres, mis tíos y unos amigos de mis padres bebieron una copa de champán con los anillos dentro de las copas. Y una amiga de mi padre se tragó el anillo, lo tenía en la garganta pero después lo pudo escupir.

¡Le explotó un globo y se lo perdió! Por Ana Calero Cartón, 3º Primaria
Mi prima explotó un globo, se asustó, se cayó y se hizo una herida. Cuando mi tita fue a la cocina para desinfectar la herida, tocaron las campanadas y el reloj hacía: pu…pu…pu…pu…pu…pu… Fue el mejor día para mí y el peor para mi prima.

¡Salió volando! Por Irene Nieto, 4º Primaria
Un día en Nochevieja estábamos todos reunidos y tomándonos las uvas tranquilos pero mi hermana corriendo se tomó todas sus uvas. Mi hermana se atragantó y todos nos pusimos a reír. Mi tita, de la risa, se atragantó también con una uva, mi padre tuvo que apretarle la barriga y la uva salió volando y fue a parar al vaso de mi padre. Cuando fue a empezar el programa, ya no nos quedaban uvas y tuvimos que ir a comprarlas.

Estaba desesperada. Por Lola Piedra Lima, 4º Primaria
Una Nochevieja, cuando tenía 3 años, estábamos con toda la familia de mi padre esperando que empezara el programa de las uvas. Pero como sólo tenía 3 años, era pequeña, estaba desesperada y no podía aguantar más. Así que me las comí todas antes de tiempo y todos nos empezamos a reír.

¡Se encontró un pelo! Por Sara Manzano Núñez, 3º Primaria
Un día mi abuela estaba pelándose las uvas y de pronto, cuando empezó a comérselas, en medio de las campanadas se encontró un pelo, y dijo:
“¡con lo que me ha costado pelarlas…!” Y como lo había dicho en alto, va mi madre y al rato, se encuentra otro pelo y empezamos a reírnos.

¡Salió disparado! Por Juan José García Romero, 4º Primaria
En las uvas del año pasado, cuando ya pasamos al nuevo año, mi hermana, para celebrarlo, fue a abrir una botella de champán y ¡el tapón de corcho de la botella salió disparado! Se fue disparado a la piscina y los perros de mis primos se tiraron a la piscina del susto. Los tuvimos que secar y tuvieron que estar dentro de la casa hasta por la noche.

Un teatro con disfraces. Por Esther María Jiménez Moreno, 3º Primaria
Un día, mi padre y yo nos atragantamos con las uvas y nos reímos mucho. También cantamos villancicos y nos pusimos gorros de fi esta y muchas cosas más. Hicimos un teatro con disfraces, mi padre se disfrazó de José, mi madre de María, mis primos de pastores, mis primas de pastoras, yo de lavandera y mis hermanos de ángeles. Nos lo pasamos muy bien, fue muy gracioso.