La magia es una de las cosas que más nos suele gustar. Es alucinante ver cómo la gente hace cosas que en principio parecen imposibles, ¿verdad? Desde pequeñitos sentimos curiosidad y admiración por los trucos de magia a los que no podemos encontrar explicación. Y las reacciones ante esos increíbles trucos es buenísima.
Este bebé es el vivo ejemplo de lo que estábamos diciendo. Cuando su hermano mayor hace desaparecer el papel higiénico, el pequeño alucina y mira a todos lados asombrado con los ojos como platos. El niño parece querer gritar ¡¿Pero dónde está?! Está tan alucinado que ¡no le sale ni la voz! La verdad es que las caras que pone ¡son para partirse!
