A todos nos encanta gastar bromas, ¡es algo realmente divertido! Pues atentos a lo que decidió Jamie. Este chico le ha lanzando cada día a su madre un huevo en el momento en el que más desprevenida estaba. Y ella, a pesar de gritar ¡Noooo!, cada vez que su hijo se la jugaba, ¡¡¡los cogía todos!!! Ja, ja, ja.
El vídeo es el resultado de todo un año de lanzamientos de huevos. Desde luego, este bromista además de perfeccionista, sí que fue muy constante. Pero la que se merece una medalla de verdad es la víctima, su madre, que además de tener unos reflejos propios del mejor portero de fútbol, tiene una paciencia increíble con las travesuras de su hijo.
