Va a la caja, le entrega un billete de Monopoly a la cajera y esta le dice amablemente:
– Amor, esto no es dinero de verdad.
Y el niño le contesta:
– Este tampoco es un canguro de verdad.
Va a la caja, le entrega un billete de Monopoly a la cajera y esta le dice amablemente:
– Amor, esto no es dinero de verdad.
Y el niño le contesta:
– Este tampoco es un canguro de verdad.