El pasado 20 de marzo, en el GP de Australia, el piloto asturiano Fernando Alonso dejó al mundo del motor con la piel de gallina al sobrevivir, sin ningún rasguño, a un accidente a más de 300 kilómetros por hora a bordo de su Fórmula Uno.
Su coche quedó hecho añicos y en cambio a él no le pasó nada. Por este motivo agradeció en las redes sociales al equipo Mclaren las medidas de seguridad adaptadas al coche y añadió, "soy consciente de que hoy he gastado una de las vidas que me quedaban".
Su coche quedó hecho añicos y en cambio a él no le pasó nada. Por este motivo agradeció en las redes sociales al equipo Mclaren las medidas de seguridad adaptadas al coche y añadió, "soy consciente de que hoy he gastado una de las vidas que me quedaban".